Lectura del evangelio del 21 de mayo de 2025
Miércoles de la V semana de Pascua
Primera lectura :
Hechos 15, 1-6
Aclamación antes del Evangelio:
Juan 15, 4. 5
Evangelio:
Juan 15, 1-8
Color litúrgico: Blanco
miércoles, 21 de mayo de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera lectura
Hechos 15, 1-6
En aquellos días, vinieron de Judea a Antioquía algunos discípulos y se pusieron a enseñar a los hermanos que si no se circuncidaban conforme a la ley de Moisés, no podrían salvarse.
Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; al fin se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más fueran a Jerusalén para tratar el asunto con los apóstoles y los presbíteros. La comunidad cristiana los proveyó para el viaje, y ellos atravesaron Fenicia y Samaria, contando a los hermanos cómo se convertían los paganos, y los llenaban de gozo con esta noticia.
Al llegar a Jerusalén, fueron recibidos por la comunidad cristiana, los apóstoles y los presbíteros, y ellos refirieron todo cuanto Dios había hecho por su medio. Pero algunos de los fariseos convertidos intervinieron, diciendo: "Hay que circuncidar a los paganos y exigirles que cumplan la ley de Moisés".
Entonces se reunieron los apóstoles y los presbíteros para examinar el asunto.
Aclamación antes del Evangelio
Juan 15, 4. 5
R. Aleluya, aleluya.
Permanezcan en mí y yo en ustedes, dice el Señor;
el que permanece en mí da fruto abundante.
R. Aleluya.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto.
Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.
Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos''.
Reflexión
Donde está Jesucristo allí está la Iglesia Católica (San Ignacio de Antioquía)
Nosotros somos los sarmientos. Los sarmientos no son autosuficientes, sino que dependen totalmente de la vid, en donde se encuentra la fuente de su vida (Francisco)
Desde el comienzo, Jesús asoció a sus discípulos a su vida; les reveló el Misterio del Reino; les dio parte en su misión, en su alegría y en sus sufrimientos. Jesús habla de una comunión todavía más íntima entre Él y los que le sigan: ‘Permaneced en Mí, como yo en vosotros... Yo soy la vid y vosotros los sarmientos’ (Jn 15,4-5). Anuncia una comunión misteriosa y real entre su propio cuerpo y el nuestro (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 787)
Santo del día
En el período más difícil para la Iglesia mexicana perseguida, el sacerdote Cristóbal Magallanes, con 24 compañeros, fueron asesinadon en odio a la fe el 25 de mayo de 1927. Estos mártires fueron canonizados por Juan Pablo II en el año 2000, durante el Gran Jubileo.
De familia noble, San Eugenio de Mazenod se salva de la revolución francesa y en lugar de la vida de la corte elige el sacerdocio. En 1816 funda la Sociedad de los misioneros de Provenza, más tarde Oblatos de María Inmaculada, que se difunden por el mundo. Obispo de Marsella, falleció en 1861.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)