El Evangelio de Mañana es una oportunidad de preparación espiritual. Anticipar la Palabra de Dios que se proclamará en la Misa diaria nos permite acercarnos con mayor recogimiento y disposición a la celebración eucarística. Es un modo de abrir el corazón para que el mensaje de Jesús no pase desapercibido, sino que penetre en lo más profundo de nuestra vida. Prepararse con anticipación al Evangelio fortalece nuestra fe y nos ayuda a vivir con mayor conciencia el camino cristiano día tras día.
Jesús habla a nuestro corazón
Cada Evangelio es una página viva del amor de Jesús. A través de sus palabras, parábolas y acciones, Él nos sigue hablando hoy con la misma fuerza y ternura. El Evangelio de mañana nos invita a escuchar desde ahora lo que el Señor quiere enseñarnos: puede ser un llamado al perdón, a la humildad, a la fe, o a la confianza en su providencia.
La Misa diaria y su riqueza
La Misa diaria es un regalo precioso de la Iglesia. En ella, la Palabra y el Sacramento se unen para alimentar nuestra alma. Conocer de antemano el Evangelio del día siguiente nos permite vivir la liturgia con mayor profundidad, atentos a cada signo y a cada palabra.
Oración personal y reflexión cristiana
Leer el Evangelio de Mañana también nos introduce en un tiempo de oración personal. Podemos meditar en silencio, pedir luz al Espíritu Santo y anotar lo que el texto nos sugiere. Esta reflexión cristiana fortalece nuestra relación con Dios y nos hace más sensibles a su presencia diaria.
Liturgia y vida cotidiana
La Liturgia no es algo separado de nuestra vida, sino que la ilumina. Al preparar el Evangelio del día siguiente, nos abrimos a vivir cada jornada como una ocasión de encuentro con el Señor. La Palabra de Dios se convierte así en guía para nuestras decisiones, consuelo en las pruebas y alegría en nuestras esperanzas.
Calendario litúrgico de mañana
Mañana: Miércoles de la XXIV semana del Tiempo ordinario
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura :
1 Timoteo 3, 14-16
Aclamación antes del Evangelio:
Cfr Juan 6, 63. 68
Evangelio:
Lucas 7, 31-35
Color litúrgico: Verde
miércoles, 17 de septiembre de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Primera lectura
1 Timoteo 3, 14-16
Querido hermano: Te escribo estas cosas con la esperanza de ir a verte pronto. Pero si tardo en llegar, quiero que sepas desde ahora cómo debes de actuar en la casa del Dios vivo, que es la Iglesia, columna y fundamento de la verdad.
Realmente es grande el misterio del amor de Dios, que se nos ha manifestado en Cristo, hecho hombre,
santificado por el Espíritu,
contemplado por los ángeles,
anunciado a todas las naciones,
aceptado en el mundo mediante la fe
y elevado a la gloria.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr Juan 6, 63. 68
R. Aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.
Tú tienes palabras de vida eterna.
R. Aleluya.
En aquel tiempo, Jesús dijo: "¿Con quién compararé a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos niños que se sientan a jugar en la plaza y se gritan los unos a los otros:
'Tocamos la flauta y no han bailado,
cantamos canciones tristes y no han llorado'.
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y ustedes dijeron: 'Ese está endemoniado'. Y viene el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: 'Este hombre es un glotón y un bebedor, amigo de publicanos y pecadores'. Pero sólo aquellos que tienen la sabiduría de Dios, son quienes lo reconocen".
Reflexión
No todos pueden percibir la sabiduría en toda su perfección. A todos, sin embargo, se les infunde, según su capacidad, el espíritu de sabiduría, con tal que tengan fe. Si crees, posees el espíritu de sabiduría (San Ambrosio)
Hará bien preguntarnos: ¿Cómo quiero ser salvado? ¿A mi manera? ¿O del modo divino, o sea, en la vía de Jesús? (Francisco)
(…) La fe y la práctica del Evangelio procuran a cada uno una experiencia de la vida “en Cristo” que ilumina y da capacidad para estimar las realidades divinas y humanas según el Espíritu de Dios. Así el Espíritu Santo puede servirse de los más humildes para iluminar a los sabios y los constituidos en más alta dignidad (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.038)
Santo del día
Eufemia, mártir de Calcedonia, en Bitnia, en la actual Turquía, durante la persecución de Diocleciano y del procónsul Prisco, fue martirizada en el año 303 después de sufrir muchas torturas. En la basílica dedicada a ella tuvo lugar del 451 al 452 "el Gran Concilio" ecuménico de Calcedonia.
De origen longobardo, antes de ser elegido Papa fue abad en Montecassino por 30 años. Roma estaba destruida y con un antipapa: en solo 5 meses de su gobierno, luchó por reparar los males materiales y eclesiales con excomuniones y celebrando un Concilio en Benevento. Murió en Montecassino en 1087.
Cornelio, Papa romano, murió en 253; Cipriano, obispo cartaginés, en 258. Ambos son mártires que contemporáneamente fueron testigos de aquel amor por la verdad que no cede ni se amedrenta aún delante del sacrificio extremo. En esta fecha recordamos la deposición del primero y la pasión del segundo.
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Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)