Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino

Evangelio de Mañana

Evangelio de Mañana – Lectura, Buena Nueva y Reflexión de Mañana

 

El Evangelio de Mañana es una oportunidad de preparación espiritual. Anticipar la Palabra de Dios que se proclamará en la Misa diaria nos permite acercarnos con mayor recogimiento y disposición a la celebración eucarística. Es un modo de abrir el corazón para que el mensaje de Jesús no pase desapercibido, sino que penetre en lo más profundo de nuestra vida. Prepararse con anticipación al Evangelio fortalece nuestra fe y nos ayuda a vivir con mayor conciencia el camino cristiano día tras día.

 

Jesús habla a nuestro corazón

 

Cada Evangelio es una página viva del amor de Jesús. A través de sus palabras, parábolas y acciones, Él nos sigue hablando hoy con la misma fuerza y ternura. El Evangelio de mañana nos invita a escuchar desde ahora lo que el Señor quiere enseñarnos: puede ser un llamado al perdón, a la humildad, a la fe, o a la confianza en su providencia.

 

La Misa diaria y su riqueza

 

La Misa diaria es un regalo precioso de la Iglesia. En ella, la Palabra y el Sacramento se unen para alimentar nuestra alma. Conocer de antemano el Evangelio del día siguiente nos permite vivir la liturgia con mayor profundidad, atentos a cada signo y a cada palabra.

 

Oración personal y reflexión cristiana

 

Leer el Evangelio de Mañana también nos introduce en un tiempo de oración personal. Podemos meditar en silencio, pedir luz al Espíritu Santo y anotar lo que el texto nos sugiere. Esta reflexión cristiana fortalece nuestra relación con Dios y nos hace más sensibles a su presencia diaria.

 

Liturgia y vida cotidiana

 

La Liturgia no es algo separado de nuestra vida, sino que la ilumina. Al preparar el Evangelio del día siguiente, nos abrimos a vivir cada jornada como una ocasión de encuentro con el Señor. La Palabra de Dios se convierte así en guía para nuestras decisiones, consuelo en las pruebas y alegría en nuestras esperanzas.

 

Calendario litúrgico de mañana

Mañana: Lunes de la XXXI semana del Tiempo ordinario

Lecturas y Evangelio de hoy

Primera lectura : Romanos 11, 30-36
Salmo Responsorial: Salmo 68, 30-31. 33-34. 36-37
Aclamación antes del Evangelio: Juan 8, 31. 32
Evangelio: Lucas 14, 12-14

Color litúrgico: Verde

lunes, 3 de noviembre de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión

Primera lectura

Romanos 11, 30-36

Hermanos: Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia.

¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Salmo Responsorial

Salmo 68, 30-31. 33-34. 36-37

R. (14c) A ti, Señor, elevo mi plegaria.
Mírame, Señor, enfermo y afligido;
defiéndeme y ayúdame, Dios mío.
En mi cantar exaltaré tu nombre,
proclamaré tu gloria, agradecido.
R. A ti, Señor, elevo mi plegaria.
Se alegrarán al verlo los que sufren;
quienes buscan a Dios tendrán más ánimo,
porque el Señor jamás desoye al pobre,
ni olvida al que se encuentra encadenado.
R. A ti, Señor, elevo mi plegaria.
Ciertamente el Señor salvará a Sión,
reconstruirá a Judá;
la heredarán los hijos de sus siervos,
quienes aman a Dios la habitarán.
R. A ti, Señor, elevo mi plegaria.

Aclamación antes del Evangelio

Juan 8, 31. 32

R. Aleluya, aleluya.
Si se mantienen fieles a mi palabra, dice el Señor,
serán verdaderamente discípulos míos
y conocerán la verdad.
R. Aleluya.

Evangelio

Lucas 14, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer:

"Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos".

 

Reflexión

  • Una palabra, una sonrisa amable, bastan muchas veces para alegrar a un alma triste (Santa Teresa del Niño Jesús)

  • A quien quiere seguirlo, Jesús le pide amar a los que no lo merecen, sin esperar recompensa, para colmar los vacíos de amor que hay en los corazones, en las relaciones humanas, en las familias, en las comunidades, en el mundo (Francisco)

  • La Eucaristía entraña un compromiso en favor de los pobres: para recibir en la verdad el Cuerpo y la Sangre de Cristo, entregados por nosotros, debemos reconocer a Cristo en los más pobres, sus hermanos (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.397)

  • Santo del día

    El destino final del hombre no es disolverse en el polvo, sino vivir para siempre con Dios. Y para contemplar a Dios hemos de asociarnos a la muerte de Jesús. Por eso recordamos a los difuntos y nos unimos a ellos en oración: para que el Padre conceda a todos sus hijos gozar de su eterno Amor.  

    Versículo del Día

    "Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)
    📖 Evangelio de hoy
    🙏 Laudes
    📅 Calendario Litúrgico