Lectura del evangelio del 2 de diciembre de 2025
Martes de la primera semana de Adviento
Primera lectura :
Isaίas 11, 1-10
Aclamación antes del Evangelio:
Evangelio:
Lucas 10, 21-24
Color litúrgico: Morado
martes, 2 de diciembre de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera lectura
Isaίas 11, 1-10
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
un vástago florecerá de su raíz.
Sobre él se posará el espíritu del Señor,
espíritu de sabiduría e inteligencia,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de piedad y temor de Dios.
No juzgará por apariencias,
ni sentenciará de oídas;
defenderá con justicia al desamparado
y con equidad dará sentencia al pobre;
herirá al violento con el látigo de su boca,
con el soplo de sus labios matará al impío.
Será la justicia su ceñidor,
la fidelidad apretará su cintura.
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se echará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos
y un muchachito los apacentará.
La vaca pastará con la osa
y sus crías vivirán juntas.
El león comerá paja con el buey.
El niño jugará sobre el agujero de la víbora;
la creatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente.
No harán daño ni estrago
por todo mi monte santo,
porque así como las aguas colman el mar,
así está lleno el país de la ciencia del Señor.
Aquel día la raíz de Jesé se alzará
como bandera de los pueblos,
la buscarán todas las naciones
y será gloriosa su morada.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder
para iluminar los ojos de sus hijos.
R. Aleluya.
Evangelio
Lucas 10, 21-24
En aquella misma hora, Jesús se llenó de júbilo en el Espíritu Santo y exclamó: "¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y a los entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! ¡Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien! Todo me lo ha entregado mi Padre y nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".
Volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte: "Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven. Porque yo les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron".
Reflexión
Antes, ¿qué idea de Dios se podría haber hecho el hombre que no fuera la de un ídolo fabricado por su corazón? Era incomprensible. Pero ahora ha querido ser comprendido. ¿De qué modo? Pues yaciendo en un pesebre. Cuando medito en eso, mi pensamiento llega hasta Dios (San Bernardo)
Jesús se llenó de alegría en el Espíritu Santo y alabó al Padre. Ésta es la vida interior de Jesús: su relación con el Padre en el Espíritu. Jesús es la cercanía de la ternura del Padre a nosotros (Francisco)
La liturgia cristiana tiene una doble dimensión. Por una parte, la Iglesia, unida a su Señor y ‘bajo la acción el Espíritu Santo’ (Lc 10,21), bendice al Padre ‘por su Don inefable’ (2Co 9,15) mediante la adoración, la alabanza y la acción de gracias. Por otra parte, (…) la Iglesia no cesa de presentar al Padre ‘la ofrenda de sus propios dones’ y de implorar que el Espíritu Santo venga sobre esta ofrenda, sobre ella misma, sobre los fieles y sobre el mundo entero, a fin de que (…) estas bendiciones divinas den frutos de vida (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.083)
Santo del día
Una leyenda muy poco histórica del siglo IV cuenta la grande fe de Bibiana que fue perseguida porque se negó a abjurar de Cristo. Encarcelada con su familia, violentada y condenada a un burdel, dio un testimonio de fe y de fortaleza inquebrantables. Hay una iglesia dedicada a ella en el Esquilino.
Hijo del papa s. Ormisda, Silverio fue el 58º Papa de la Iglesia latina, depuesto y luego obligado a abdicar en 537 por los seguidores de la herejía monofisita que gobernaban en Constantinopla. Murió exiliado en una pequeña isla del archipiélago pontino, Palmarola, de la que se convirtió en patrón.
Pimenio, que vivió entre los siglos III y IV, fue un sacerdote entre cuyos alumnos se encontraban Donato o Crescencio, el futuro obispo de Arezzo, futuro mártir. También él sufrió el martirio, acusado de dar sepultura a los mártires, y fue sepultado en el cementerio de Ponciano en la Via Portuense.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)