Santo del 26 de abril
El día 26 de abril, la Iglesia Católica honra a un santo o beato cuya vida fue ejemplo de amor, entrega y fidelidad a Dios. A través de su testimonio, somos invitados a renovar nuestra fe y a buscar la santidad en lo cotidiano. El Santo del Día no es solo una figura histórica, sino un modelo vivo de cómo seguir a Cristo. Su memoria fortalece nuestra esperanza y nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad.
Vida del santo y legado espiritual
La vida del santo que celebramos hoy refleja el poder transformador del Evangelio. Su camino de fe, marcado por sacrificios y virtudes heroicas, continúa inspirando a la Iglesia. Su legado espiritual nos anima a vivir con mayor entrega y caridad.
Milagros y testimonio de fe
Muchos santos fueron instrumentos de milagros, signos del amor de Dios. Pero más allá de lo extraordinario, su verdadero testimonio de fe fue su vida diaria de oración, servicio y fidelidad. Ellos son ejemplos concretos de cómo vivir el Evangelio en toda circunstancia.
Oración y reflexión cristiana
Celebrar al Santo del Día es también una oportunidad para la oración. Podemos pedir su intercesión por nuestras necesidades y crecer en la reflexión cristiana, dejando que su ejemplo nos guíe en nuestro camino hacia Dios.
Lista de santos del día 26 de abril
Probablemente de origen ateniense, Clemente, diminutivo de Anacletus, es el tercer Papa de la historia. Es el autor de la meditación en la tumba de Pedro, en el Vaticano, cerca de la cual será enterrado él mismo. Durante su Pontificado se inaugura el Coliseo en Roma.
Calendario Litúrgico
26 de abril: Sábado de la octava de Pascua
Lecturas y Evangelio de hoy
Primera lectura:
Hechos 4, 13-21
Secuencia -- opcional:
Victimae paschali laudes
Aclamación antes del Evangelio:
Salmo 117, 24
Evangelio:
Marcos 16, 9-15
Color litúrgico: Blanco
Reflexión
‘Vosotros sois la sal de la tierra’. Es como si les dijera: ‘El mensaje que se os comunica no afecta sólo a vuestra propia vida, sino que habéis de transmitirlo al mundo entero: a un mundo, por cierto, muy mal dispuesto’ (San Juan Crisóstomo)
Si vosotros no sois sus testigos en vuestros ambientes, ¿quién lo hará por vosotros? El cristiano es, en la Iglesia y con la Iglesia, un misionero de Cristo enviado al mundo (Benedicto XVI)
Quienes con la ayuda de Dios han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido libremente a ella, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo a anunciar por todas partes en el mundo la Buena Nueva (…) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 3)