Lectura del evangelio del 23 de octubre de 2025
Jueves de la XXIX semana del Tiempo ordinario
Primera lectura :
Romanos 6, 19-23
Aclamación antes del Evangelio:
Cfr Filipenses 3, 8-9
Evangelio:
Lucas 12, 49-53
Color litúrgico: Verde
jueves, 23 de octubre de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera lectura
Romanos 6, 19-23
Hermanos: Por la dificultad natural que tienen ustedes para entender estas cosas, voy a seguir utilizando una comparación de la vida ordinaria. Así como en otros tiempos pusieron sus miembros al servicio de la impureza y de la maldad, hasta llegar a la degradación, así ahora pónganlos al servicio del bien, a fin de que alcancen su santificación.
Cuando ustedes eran esclavos del pecado, no estaban al servicio del bien. ¿Y qué frutos recogieron entonces de aquello que ahora los llena de vergüenza? Ninguno, pues son cosas que conducen a la muerte.
Pero ahora, libres ya del pecado y entregados al servicio de Dios, dan frutos de santidad, que conducen a la vida eterna. En una palabra, el pecado nos paga con la muerte; en cambio, Dios nos da gratuitamente la vida eterna, por medio de Cristo Jesús, Señor nuestro.
Aclamación antes del Evangelio
Cfr Filipenses 3, 8-9
R. Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura,
para ganar a Cristo y vivir unido a él.
R. Aleluya.
Evangelio
Lucas 12, 49-53
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo, ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra''.
Reflexión
La oración no es otra cosa que la unión con Dios. Todo aquel que tiene el corazón puro y unido a Dios experimenta en sí mismo como una suavidad y dulzura que lo embriaga, se siente como rodeado de una luz admirable (San Juan Mª Vianney)
En el “sí” al seguimiento se incluye el valor de dejarse quemar por el fuego de la pasión de Jesucristo (Benedicto XVI)
El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la inauguración de su misión de Siervo doliente. Se deja contar entre los pecadores; es ya ‘el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo’ (Jn 1,29); anticipa ya el ‘bautismo’ de su muerte sangrienta. Viene ya a ‘cumplir toda justicia’ (Mt 3, 15), es decir, se somete enteramente a la voluntad de su Padre: por amor acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros pecados (…) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 536)
Santo del día
Fue en la cárcel donde Juan escuchó la llamada del Señor y se convirtió en sacerdote de los Frailes Menores. Predicador en Italia y Europa, tres meses antes de su muerte en octubre de 1456, condujo la batalla de Belgrado contra los turcos. Santo desde 1690, es el patrón de los capellanes militares.
Mártir en 524, Boecio, de noble familia romana, es considerado el punto de conjunción entre el final de la cultura greco-romana y el inicio de la Escolástica medieval. En la cárcel escribió su obra maestra: el De consolatione philosophiae, una síntesis entre el pensamiento clásico y el cristianismo.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)