Lectura del evangelio del 18 de mayo de 2025
V Domingo de Pascua
Primera Lectura :
Hechos 14, 21b-27
Segunda Lectura:
Apocalipsis 21, 1-5a
Aclamación antes del Evangelio:
Juan 13, 34
Evangelio:
Juan 13, 31-33a. 34-35
Color litúrgico: Blanco
domingo, 18 de mayo de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera Lectura
Hechos 14, 21b-27
En aquellos días, volvieron Pablo y Bernabé a Listra, Iconio y Antioquía, y ahí animaban a los discípulos y los exhortaban a perseverar en la fe, diciéndoles que hay que pasar por muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. En cada comunidad designaban presbíteros, y con oraciones y ayunos los encomendaban al Señor, en quien habían creído.
Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia; predicaron en Perge y llegaron a Atalía. De ahí se embarcaron para Antioquía, de donde habían salido, con la gracia de Dios, para la misión que acababan de cumplir.
Al llegar, reunieron a la comunidad y les contaron lo que había hecho Dios por medio de ellos y cómo les había abierto a los paganos las puertas de la fe.
Segunda Lectura
Apocalipsis 21, 1-5a
Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían desaparecido y el mar ya no existía.
También vi que descendía del cielo, desde donde está Dios, la ciudad santa, la nueva Jerusalén, engalanada como una novia, que va a desposarse con su prometido. Oí una gran voz, que venía del cielo, que decía:
“Ésta es la morada de Dios con los hombres;
vivirá con ellos como su Dios
y ellos serán su pueblo.
Dios les enjugará todas sus lágrimas
y ya no habrá muerte ni duelo,
ni penas ni llantos,
porque ya todo lo antiguo terminó”.
Entonces el que estaba sentado en el trono, dijo: “Ahora yo voy a hacer nuevas todas las cosas”.
Aclamación antes del Evangelio
Juan 13, 34
R. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor,
que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
R. Aleluya.
Evangelio
Juan 13, 31-33a. 34-35
Cuando Judas salió del cenáculo, Jesús dijo: “Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo y pronto lo glorificará.
Hijitos, todavía estaré un poco con ustedes. Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado; y por este amor reconocerán todos que ustedes son mis discípulos’’.
Reflexión
Ésta es la única salvación para nuestra carne y nuestra alma: la caridad para con ellos [enfermos, necesitados] (San Gregorio Nacianceno)
Lo esencial en estas palabras es el “nuevo fundamento” del ser que se nos ha dado. La novedad solamente puede venir del don de la comunión con Cristo, del vivir en Él (Benedicto XVI)
La voluntad de nuestro Padre es ‘que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad’ (1Tm 2,3-4). El ‘usa de paciencia, no queriendo que algunos perezcan’ (2Pe 3,9). Su mandamiento que resume todos los demás y que nos dice toda su voluntad es que ‘nos amemos los unos a los otros como él nos ha amado’ (Jn 13,34) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 2.822)
Santo del día
Nacido en Toscana, Juan I fue Papa de 523 a 526 y tuvo que luchar contra la herejía del arrianismo. Para arreglar la ruptura, Teodorico, rey de los godos, lo envió a Constantinopla, pero a su regreso lo hizo encarcelar en Ravena, donde murió. Fue considerado un mártir por la Iglesia latina.
Fraile investigador y místico, nace en Cantalice (Rieti) en 1515. Tras convertirse en monje Capuchino, durante 40 años, hasta su muerte, en 1587, fue mendicante en Roma. Amigo de Felipe Neri y de Sixto V, se dedicó a orar intensamente y a una vida de caridad. Clemente XI lo canoniza en 1712.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)