Lectura del evangelio del 11 de septiembre de 2025
Jueves de la XXIII semana del Tiempo ordinario
Primera lectura :
Colosenses 3, 12-17
Aclamación antes del Evangelio:
1 Juan 4, 12
Evangelio:
Lucas 6, 27-38
Color litúrgico: Verde
jueves, 11 de septiembre de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera lectura
Colosenses 3, 12-17
Hermanos: Puesto que Dios los ha elegido a ustedes, los ha consagrado a él y les ha dado su amor, sean compasivos, magnánimos, humildes, afables y pacientes. Sopórtense mutuamente y perdónense cuando tengan quejas contra otro, como el Señor los ha perdonado a ustedes. Y sobre todas estas virtudes, tengan amor, que es el vínculo de la perfecta unión.
Que en sus corazones reine la paz de Cristo, esa paz a la que han sido llamados como miembros de un solo cuerpo. Finalmente, sean agradecidos.
Que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Enséñense y aconséjense unos a otros lo mejor que sepan. Con el corazón lleno de gratitud, alaben a Dios con salmos, himnos y cánticos espirituales, y todo lo que digan y todo lo que hagan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dándole gracias a Dios Padre, por medio de Cristo.
Aclamación antes del Evangelio
1 Juan 4, 12
R. Aleluya, aleluya.
Si nos amamos los unos a los otros,
Dios permanece en nosotros
y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud.
R. Aleluya.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de
extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos’’.
Reflexión
¡Qué bueno es el Señor…! Él acompasa siempre sus pruebas a las fuerzas que nos da (Santa Teresita de Lisieux)
Cuando uno aprende a acusarse a sí mismo es misericordioso con los demás (Francisco)
(…) Toda la Ley evangélica está contenida en el ‘mandamiento nuevo’ de Jesús (Jn 13,34): amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado (cf. Jn 15,12) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.970)
Santo del día
El martirio está comprobado por muchos hallazgos. Proto y Jacinto son dos esclavos cristianos eunucos que ayudan a la patrona, Eugenia, a convertirse a la fe y luego hacen lo mismo con su amiga Bassilla. Su prometido la acusa marcando el destino de los tres.
Durante 17 años, el Fraile Menor Buenaventura recorrió los conventos de Cataluña realizando las más humildes tareas. Un gran reformador, estableció los "Retiros", un retorno a la espiritualidad franciscana de los orígenes. Llamado "el Apóstol de Roma" por su misión en la ciudad, murió allí en 1684.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)