Lectura del evangelio del 8 de mayo de 2025
Jueves de la III semana de Pascua
Primera lectura :
Hechos 8, 26-40
Aclamación antes del Evangelio:
Juan 6, 51
Evangelio:
Juan 6, 44-51
Color litúrgico: Blanco
jueves, 8 de mayo de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera lectura
Hechos 8, 26-40
En aquellos días, un ángel del Señor le dijo a Felipe: "Levántate y toma el camino del sur, que va de Jerusalén a Gaza y que es poco transitado". Felipe se puso en camino. Y sucedió que un etíope, alto funcionario de Candaces, reina de Etiopía, y administrador de sus tesoros, que había venido a Jerusalén para adorar a Dios, regresaba en su carro, leyendo al profeta Isaías.
Entonces el Espíritu le dijo a Felipe: "Acércate y camina junto a ese carro". Corrió Felipe, y oyendo que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: "¿Entiendes lo que estás leyendo?" Él le contestó: "¿Cómo voy a entenderlo, si nadie me lo explica?" Entonces invitó a Felipe a subir y a sentarse junto a él.
El pasaje de la Escritura que estaba leyendo, era éste: Como oveja fue llevado a la muerte; como cordero que no se queja frente al que lo trasquila, así él no abrió la boca. En su humillación no se le hizo justicia. ¿Quién podrá hablar de su descendencia, puesto que su vida ha sido arrancada de la tierra?
El etíope le preguntó a Felipe: "Dime, por favor: ¿De quién dice esto el profeta, de sí mismo o de otro?" Felipe comenzó a hablarle y partiendo de aquel pasaje, le anunció el Evangelio de Jesús. Siguieron adelante, llegaron a un sitio donde había agua y dijo el etíope: "Aquí hay agua. ¿Hay alguna dificultad para que me bautices?" Felipe le contestó: "Ninguna, si crees de todo corazón". Respondió el etíope: "Creo que Jesús es el Hijo de Dios". Mandó parar el carro, bajaron los dos al agua y Felipe lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. El etíope ya no lo vio más y prosiguió su viaje, lleno de alegría. En cuanto a Felipe, se encontró en la ciudad de Azoto y evangelizaba los poblados que encontraba a su paso, hasta que llegó a Cesarea.
Aclamación antes del Evangelio
Juan 6, 51
R. Aleluya, aleluya.
Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo, dice el Señor;
el que coma de este pan vivirá para siempre.
R. Aleluya.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre.
Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Éste es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida".
Reflexión
La participación del cuerpo y de la sangre de Cristo no hace otra cosa sino convertirnos en lo que recibimos, y seamos portadores, en nuestro espíritu y en nuestra carne, de aquel en quien y con quien hemos sido muertos, sepultados y resucitados (San León Magno)
Vivamos la Eucaristía con espíritu de fe, de oración, de perdón, de penitencia, de alegría comunitaria, de preocupación por los necesitados, en la certeza de que el Señor realizará aquello que nos ha prometido: la vida eterna (Francisco)
La Eucaristía es ‘fuente y cima de toda la vida cristiana’ (Concilio Vaticano II). ‘Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan. La Sagrada Eucaristía, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua’ (Concilio Vaticano II) (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.324)
Santo del día
Milán, año 290. En el ejército imperial había tres soldados muertos: Víctor, Narbore y Félix. Los tres cristianos prefieren morir como mártires antes que abjurar de su fe. Por lo tanto se les recuerda juntos, aunque Víctor murió en Milán y los otros dos en Lodi.
Monje benedictino originario de la Marsica que, después de 9 meses de Sede vacante en 608, fue elegido Papa como Bonifacio IV. Se le recuerda por haber consagrado el antiguo Panteón - que había recibido del Emperador Foca - a Nuestra Señora y a todos los Santos el 1° de noviembre de un año incierto.
Benedicto II fue estimado por Constantino IV, Emperador de Oriente. Bajo su pontificado se interrumpió la costumbre según la cual la elección del nuevo Papa debía ser ratificada por Constantinopla. Por eso, desde entonces bastó solo la aprobación del gobernador bizantino de Ravena. Murió en el 685.
En la época del emperador Teodosio, entre los siglos IV y V, la Iglesia de Roma tenía entre sus diáconos a un tal Arsenio, que en cierto momento de su vida se retiró a Egipto, al monte Escete, y se convirtió en un anacoreta, un ermitaño dedicado a la contemplación y a las prácticas ascéticas.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)