Lectura del evangelio del 7 de octubre de 2025
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario
Primera lectura :
Jonás 3, 1-10
Aclamación antes del Evangelio:
Lucas 11, 28
Evangelio:
Lucas 10, 38-42
Color litúrgico: Verde
martes, 7 de octubre de 2025: Lectura & Salmo Responsorial & Evangelio & Reflexión
Cada día, la Iglesia nos ofrece un pasaje del Evangelio que ilumina nuestra vida. No se trata solo de escuchar, sino de acoger y vivir esa Palabra con fe. En ella encontramos consuelo en medio de las dificultades, y también un llamado a la conversión.
Hoy te invito a leer el Evangelio con atención, a meditarlo en silencio y a preguntarte: ¿Qué me dice Dios en este texto? ¿Cómo puedo responder con amor?
Primera lectura
Jonás 3, 1-10
En aquellos días, el Señor volvió a hablar a Jonás y le dijo: "Levántate y vete a Nínive, la gran capital, para anunciar ahí el mensaje que te voy a indicar".
Se levantó Jonás y se fue a Nínive, como le había mandado el Señor. Nínive era una ciudad enorme: hacían falta tres días para recorrerla. Jonás caminó por la ciudad durante un día, pregonando: "Dentro de cuarenta días Nínive será destruida".
Los ninivitas creyeron en Dios, ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal, grandes y pequeños. Llegó la noticia al rey de Nínive, que se levantó del trono, se quitó el manto, se vistió de sayal, se sentó sobre ceniza y en nombre suyo y de sus ministros, mandó proclamar en Nínive el siguiente decreto: "Que hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, que no pasten ni beban; que todos se vistan de sayal e invoquen con fervor a Dios y que cada uno se arrepienta de su mala vida y deje de cometer injusticias. Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos".
Cuando Dios vio sus obras y cómo se convertían de su mala vida, cambió de parecer y no les mandó el castigo que había determinado imponerles.
Aclamación antes del Evangelio
Lucas 11, 28
R. Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios
y la ponen en práctica, dice el Señor.
R. Aleluya.
Evangelio
Lucas 10, 38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: "Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude".
El Señor le respondió: "Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará".
Reflexión
El alma, caldeada gracias a la contemplación, vivirá con mayor perfección la vida activa (San Gregorio Magno)
El espíritu de la oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una vida a la cual le falta siempre el tiempo, reencuentra la paz de las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Buenas guías para esto son las dos hermanas Marta y María, ellas aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares (Francisco)
(…) El hogar es la primera escuela de vida cristiana y “escuela del más rico humanismo”. Aquí se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oración y la ofrenda de su vida (Catecismo de la Iglesia Católica, nº 1.657)
Santo del día
Marcos fue Papa por pocos meses en 336; sin embargo, construyó una Basílica en honor a s. Marcos Evangelista que se identifica con la actual Iglesia de s. Marcos. Creó el calendario civil más antiguo de la Iglesia Romana, que celebra por primera vez el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre.
Soldados de las legiones fronterizas, Sergio y Baco aceptaron creer en Jesús como el verdadero Salvador. Descubiertos, fueron llevados a Siria en la región de Rusafah y martirizados en el año 310. Por ello son recordados juntos aunque en la antigüedad el culto a Sergio estaba más extendido.
Versículo del Día
"Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos." (Mateo 5,3)